domingo, 28 de abril de 2013

A CRISTINA, MI NIETA. (Poesía)


   Con la cara radiante,

cual si fuera

ese sol que ilumina la mañana;

blanca y pura,

lo mismo que la nieve,

cuando amanece tras la noche oscura,

hoy te he visto

y, casi sin darme cuenta,

lágrimas han mojado mi mejilla.

 

   Cuando tomabas a Dios

en cuerpo y sangre

-sublime acto de amor,

nunca igualado-,

he pedido al Creador

que te conserve,

sin perderlos,  al paso por la vida,

el candor y dulzura que te adornan;

la difícil facilidad

que te acompaña,

para aprenderlo todo;

y esa sensatez

que se vislumbra,

con tus cortos y preciosos años,

 

                                   Genito.

                                   6 de Mayo de 2.011

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