Cuando harto de lucir se apaga el día
y de fulgor se visten las estrellas,
suelo pasearme por las calles bellas
de mi Siles; querida tierra mía.
Cuando me invaden los aconteceres,
cuando me agobian serios quebraderos,
busco cobijo bajo los luceros,
busco la paz en los atardeceres.
Me fascina la monótona calma,
que libera mi ente de tensiones;
me sumerjo en un mundo de ilusiones,
una paz interior llena mi alma.
Otras veces, absorto en pensamientos,
viene la luz a mi cansada mente;
brota la inspiración como un torrente
e inunda el derredor de sentimientos.
*
Ladrones con sigilo y osadía,
arrebatan mi tiempo, mi alegría;
y es que si mas horas viviera el día
mas horas el afer me robaría.
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