(CASTELLANO ANTIGUO)
No llegué a conocer belleza plena
hasta que vi de vos su cara bella;
sin vivir vivo desde la hora aquella
en que vían mis ojos tal escena.
Por vos sumido en muy profunda pena
vago sin luz, apagada mi estrella;
¡compadeceos, mi gentil doncella,
miradme y brillaré cual luna llena¡
Mi vida necesita su sostén,
o nadie evitará este frenesí
que agora me produce tanto duelo.
Si en cambio persistís en el desdén
y cual si no existiera hacéis de mí,
caerá mi alma en triste desconsuelo.
Genito.
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