domingo, 14 de octubre de 2018

SONETO, IMITANDO A GARCILASO DE LA VEGA (POESÍA)


       
                 (CASTELLANO ANTIGUO)
               
   No llegué a conocer belleza plena
hasta que vi de vos su cara bella;
sin vivir vivo desde la hora aquella
en que vían mis ojos tal escena.

   Por vos sumido en muy profunda pena
vago sin luz, apagada mi estrella;
¡compadeceos, mi gentil doncella,
miradme y brillaré cual luna llena¡

   Mi vida necesita su sostén,
o nadie evitará este frenesí
que agora me produce tanto duelo.

   Si en cambio persistís en el desdén
y cual si no existiera hacéis de mí,
caerá mi alma en triste desconsuelo.

                                            Genito.





lunes, 8 de octubre de 2018

AMANECE (Poesía)

   Amanece;

las calles que estuvieron cubiertas 
con el, salpicado de luces, 
oscuro manto de cada noche,
comienzan a desperezarse;
mientras, el rubicundo sol
cada instante se hace más presente;
el día acaba llenándose de luz.

   Con su diario ajetreo,
empieza a bullir el pueblo laborioso,
llenando la calle de vida y color.

   Luego del medio día,
el de las sombras es mucho más intenso;
los de adoquín potentes reflectores
despiden calor intensamente,
deambular es toda una osadía,
y ya no se ve un alma
cual si un pueblo fantasma fuera.

   Así es nuestro existir, 
y también depende de las horas:
En las de apogeo, todo es hermoso,
lleno de luz, acción, optimismo, esperanza ...
   En las bajas, el encanto se pierde,
la vida nos ahoga,
encerrados en nosotros, nos sentimos solos,
faltos de fe, sin ilusión ...

   ¿Como son nuestras horas?
Si a las bajas nos lleva el devenir
¡luchemos, podámosle a la vida!

                                Genito

lunes, 1 de octubre de 2018

RECUERDOS (Poesía)

       
           
   Dicen que el tiempo los borra, 
pero yo no me lo creo;
si acaso los aletarga,
porque, despiertan del sueño
y regresan a mi mente
avivando sentimientos.

   Recuerdos del alma mía,
gratos o tristes recuerdos,
que afloran a mi memoria;
siempre  vivos en el tiempo.
   
      Es como una paradoja
la reacción de mi cerebro:
hay gratos que me entristecen;
cual los momentos aquellos
que no podré revivir
con aquellos que se fueron;
y tristes que me ilusionan,
porque mi ser está presto
a desandar el camino
y volver con más acierto.

   Nuestro existir por la tierra,
esa sucesión de hechos,
va marcando nuestra vida
como grabados a fuego.
   Cuando a la memoria vuelven,
como a vivirlos volvemos;
volvemos a emocionarnos,
nos complacemos con ellos,
o nos hacen meditar,
brindándonos el momento 
de rectificar errores
o de deshacer entuertos.

   Por todas esas razones,
benditos son los recuerdos.

Genito
30 de Septiembre de 2018