Recostado en la ladera
del Carrascal, ese monte
de mi pueblo, historia viva,
que a un gran barrio da su nombre,
vive Siles laborioso,
tan bello como los soles,
donde nadie es forastero,
donde al que llega se acoge
con respeto y con cariño;
se le abren los corazones.
Si te pierdes por
sus calles,
si al visitarlo recorres
la zona del casco antiguo
-murallas, bellos rincones
silenciosos, recoletos-,
no te olvides de la torre,
un vestigio del pasado
que grandes hechos esconde;
torre cilíndrica, El Cubo,
que fue castillo de nobles.
¡Ven a vernos
cuando quieras,
es un pueblo de colores!
Genito.
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