(POEMA OCTOSÍLABO, BLANCO)
Llegado el curso al final,
con sus frutos satisfecho,
un grupo comprometido
ávido de metas grandes,
hace repaso de acciones,
hace recuento de frutos,
y constata con agrado
que fue buena la cosecha
para la que se sembró.
Y es que, cuando el que nos manda
es un corazón ansioso
de entregarse sin pedir,
la ayuda llega de Aquel
que es la luz de nuestra vida.
con sus frutos satisfecho,
un grupo comprometido
ávido de metas grandes,
hace repaso de acciones,
hace recuento de frutos,
y constata con agrado
que fue buena la cosecha
para la que se sembró.
Y es que, cuando el que nos manda
es un corazón ansioso
de entregarse sin pedir,
la ayuda llega de Aquel
que es la luz de nuestra vida.
Genito
(Con motivo del final del curso, del equipo de voluntarios de Cáritas)
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