lunes, 12 de octubre de 2015

UNA MAÑANA DE MAYO (POESÍA)



          (Romance)

    En Córdoba la sultana,
una mañana de Mayo,

dos dardos verde esmeralda,

en mis ojos se clavaron,
hirieron mi corazón

y lo dejaron prendado.

   Sí, me enamoré de ti,
y sin dos veces pensarlo,

te invité a ver la ciudad
en un coche de caballos.

   ¡Qué mañana en el recuerdo!
¡Que ilusión! ¡Con qué entusiasmo

disfrutamos los dos juntos
de aquel edén tan preciado!

   El Callejón de las Flores,
el Patio de los Naranjos,

y el Cristo de los Faroles,
envidiaron tus encantos;

y el embrujo de tus ojos
-los que a mí me cautivaron-

eclipsó a un rayo de sol
que iluminaba sus patios.

   La joya de la Mezquita,
cómplice de mis halagos,

la visitamos despacio

apretadas nuestras manos;
manos que fueron caricias

paseando el Puente Romano;

y en un rincón del jardín
del bello Alcázar Cristiano

parado el tiempo quedó
cuando,  inmersos en la historia,

con gran fruición nos besamos.
   Hoy recordando aquel día

de una mañana de Mayo,
conservamos el rescoldo,

sigue nuestro amor intacto.

                                           Genito.

 

 

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