Sumido en lo
profundo de la noche,
cientos de grillos suaves
resuenan en mis ya sordos oídos;
nada me interrumpe.
Cerrados los ojos,
una luz
oscura con aureolas rosa
lo llena todo;
pareciera que el corto
circulo que me rodea,
fuera el mundo. Solo eso
el mundo.
En el fondo de la
intensa
luz oscura sonrosada,
veo las luces y sombras de mi vida;
luces
que eclipsan a las sombras;
y una confortable paz
me embarga.
Poema compuesto por dieciocho versos de
rima y métrica libres, imitando los de Angel González en su obra “Otoños y otras luces”. Más concretamente los de la cuarta parte “Otras luces”:
Solo, con mis papeles, en el silencio de la profunda noche, cierro los
ojos y desfilan ante mí aconteceres de mi vida que me marcaron, y me llena de
satisfacción comprobar que las luces de esa vida eclipsan a las sombras. Es,
plagiando el comentario del libro del
poeta, “mi visión sobre mi mundo, desde los años vividos”.
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