La vista vuelvo y
veo en el horizonte
del solar de mi patria idolatrada,
las luces de una democracia fuerte,
que llenó de ilusiones muy ansiadas
las esperanzas de un cansado pueblo,
que en aquel nuevo amanecer soñaba.
he visto resplandores que se apagan:
la sombra de devastadora crisis
la muy querida piel de toro arrasa,
el paro se introduce en los hogares,
el miedo cunde, la ilusión se acaba,
y lo que fue vergel de primavera
es yerma tierra, seca y abrasada.
cansado, con tamaña y fiera carga,
tremenda plaga se nos viene encima,
temenda plaga que nos roba el alma;
nos roba el alma y nuestro bienestar,
porque corruptos de apariencias falsas,
la pobreza del pobre han agrandado,
llenando con avaricia sus arcas.
¿Qué más te espera mi entrañable España?
Los sudores, la sangre de tus hijos
en multitud de gestas derramada,
no se merecen este trato ruin,
y sí la gloria de un bello mañana.
Genito
He intentado imitar a Eugenio García de Nora en sus poemas
“España, pasión de vida”, del año 1.953, pero tocando temas que son
en nuestra España, de rabiosa
actualidad.
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