lunes, 10 de febrero de 2014

EL ENCUENTRO (Nuestra procesiòn) POESÍA

         (Décimas)

… Y camina el Nazareno

 llevando al hombro el madero,

sin proferir ningún pero,

de sangre el semblante lleno;

las hordas, con desenfreno,

con su furia enloquecida,

rabiosas cual fiera herida,

lo llevan hasta el Calvario

-doloroso itinerario-,

para quitarle la vida.

 

Su Santa madre María,

cara de lágrimas llena,

traspasada por la pena

pero con gran valentía,

al amanecer el día,

con gran arrojo y tesón,

sangrándole el corazón,

con el paso decidido

resuelta se ha dirigido

hasta su hijo a la sazón.

 

-¡Se prohíbe el paso, Señora!

grita el capitán romano

enarbolando en la mano

espada intimidadora.

Y la fuerza represora,

pronta, el paso le ha cortado,

cruzando de lado a lado

las lanzas de su armamento.

¡Qué doloroso momento!

¡Cuánto daño le han causado!

 

Mas -¡sorpresa!-, de repente

-circunstancia no esperada-,

aparece con su espada

un angel  resplandeciente,

que habla con voz contundente:

-¡Rendid las armas, sayones!

Y sin mediar condiciones,

dejan paso a la Señora

hasta su hijo, en buena hora,

como eran sus intenciones.

 

Ante el ardor popular,

alboreando el Viernes Santo,

las escenas de mi canto

en Siles tienen lugar.

Lástima que al terminar,

el profundo  sentimiento ,

de nuestra vida argumento,

no permanezca en la mente

siempre, permanentemente.

¡El fervor dura un momento!

 
                         Genito.

 

 

 

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