miércoles, 11 de septiembre de 2013

FUEGO Y COSTUMBRE (Poesía)


    Aquel incipiente fuego

avivó como una hoguera,

y encendió sus corazones

radiantes cual luna llena.

    Pasó el tiempo, y esa dicha,

jardín de belleza extrema,

como en un rojo crisol

los fundió en sublime entrega.

    Mas se adueñó la costumbre

de su vida placentera,

le faltaron los cuidados

y el vergel crio maleza.

    Aquel idílico nido

va perdiendo su belleza;

una odiosa tentación

-siempre acechando a la espera-,

toma forma de mujer,

los cimientos tambalea,

y el aire llena de dudas

que somete a dura prueba.

    ¿Lograrán vencer el miedo

que con saña los golpea,

mientras crecen entre  rosas,

intrusas las malas hierbas?

                               Genito

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