que adornan nuestra vida;
perfumadas y preciosas, unas,
que la madre naturaleza nos regala;
habladas, que salen del alma
y al alma llegan;
magistral y finamente dibujadas
en el lienzo de expertos artistas, otras;
de papel, hechas tan delicadamente
que la vista las confunde a veces ...,
y de serrín,
que crean los sileños en sus calles
para que Cristo procesione sobre alfombras.
Ayer todo parecía imposible:
La tormenta que nos dejó el verano,
frustró las ilusiones, y el trabajo
de días vistiendo de colores el serrín.
Pero ...,
¿Quien habrá oído las lamentaciones?
Hoy el día les dijo que adelante,
y han brotado las flores de serrín.
¡No perdamos la esperanza nunca!
Genito.
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