y algo me fascinó sobremanera;
cuando te volví a ver y hablé contigo,
me prendó tu belleza;
y no solo tu cara,
no solo tu presencia,
sino el dulce sabor de tus palabras,
musicales y frescas.
Aquella falda roja
que llenaba la escena;
la suave blanca blusa
graciosamente puesta;
y sobre todo tú, protagonista
como primera estrella,
impactaste en mi ser, profundamente.
Así nació la nueva vida nuestra.
Genito.
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