Preclara alumna; profesora, luego; amiga siempre ... en su jubilaciòn.
Avanzados los sesenta
la suerte me dio la mano,
y llegó a Administrativo
un grupo muy apañado
de jóvenes talentosos
con un enorme entusiasmo.
En aquel grupo ideal
de alumnos aventajados,
estaba Rosa Piñero
que me hizo los cursos gratos;
porque ella era todo afán
inteligencia y trabajo.
*
Paso el
tiempo; aquella niña
se hizo mujer y, está claro,
logró que su noble esfuerzo,
-su lucha de tantos años-,
con la entrañable enseñanza
se viera recompensado.
*
Hoy, pasada media vida,
el descanso te ha llegado,
y, como te lo mereces,
con amor te dedicamos
amigos y compañeros
nuestros sentidos halagos.
*
No me quiero
despedir,
sin recordarte los ratos
que en mis años de enseñanza
compartimos con agrado:
¿Recuerdas esos minutos
después de en clase atareados,
que a los cálculos mentales
me sometíais como dardos?
¿Y te suena Nat King Cole
en el patio en los descansos,
o en otros casos Machín
sus “Dos Gardenias” cantando?
Con cariño.
Genito.
Mayo de 2017
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