(Soneto)
La rutilante
estrella que aquel día
se desprendió del infinito cielo,
vino a nosotros en fastuoso vuelo,
llenando nuestra casa
de alegría.
Son tus risas
alegre melodía,
tu voz, un resonar de terciopelo,
tu convivir, nuestro eterno consuelo,
tu vida toda es una poesía.
En nuestro intenso
diario devenir,
fluye un constante
agradecer sincero
por la joya cara de valorar;
quiera Dios seas en el porvenir
viva luz, iluminando el sendero
de una vida fecunda y ejemplar.
Genito
3
de Noviembre de 2.017
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