(Soneto)
Una serpiente que de asfalto fuera,
que allá en el horizonte se une al cielo,
se desliza reptando por el suelo,
llevando a sus espaldas una fiera.
Fiera hambrienta, insaciable, sin espera,
que devora kilómetros con celo,
que corre y ruge cual león en celo;
y tú le das confianza, tracionera.
¿Qué necesitas para amable ser,
para que cambies tu filosofía;
para que dejes de matar ansiosa,
para transfigurarte en otro ser?
¡Quiera el destino que amanezca el día
en que dejes de ser tan caprichosa!
que allá en el horizonte se une al cielo,
se desliza reptando por el suelo,
llevando a sus espaldas una fiera.
Fiera hambrienta, insaciable, sin espera,
que devora kilómetros con celo,
que corre y ruge cual león en celo;
y tú le das confianza, tracionera.
¿Qué necesitas para amable ser,
para que cambies tu filosofía;
para que dejes de matar ansiosa,
para transfigurarte en otro ser?
¡Quiera el destino que amanezca el día
en que dejes de ser tan caprichosa!
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