(Soneto)
Sentado en mi terraza en noche oscura,
la luna contemplándome en
creciente,
un solaz que me embarga
gratamente,
ha llenado mi alma con
holgura.
Sosegado, tranquilo, sin premura,
me rodea un sigilo que se
siente,
afluyen las ideas a mi mente,
habla el silencio en esa
tesitura.
Pero no todo es bello cuando el alma
se ha abandonado en el
silencio denso;
cuando sumido en los
recuerdos, pienso
en mil tormentos que roban mi
calma.
Luchando contra el sino e
indefenso,
hallo refugio en el Creador
inmenso.
Genito
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