miércoles, 28 de febrero de 2018

MI PUEBLO, CUANDO AMANECE


             (Romance)

   Llegan los claros del día,
el día ya está asomando,
la nívea luna de plata
se esconde tras claro manto;
allá por el horizonte,
contra las nubes luchando, 
pujantes rayos de sol
intentan abrirse paso.

   Los nidos de los polluelos
amanecieron piando;
los insectos cobran vida
con su caminar cansado;
ardillas en La Glorieta
bajan confiadas del árbol,
dejándose contemplar
ajenas a los humanos.

    Los pájaros con sus trinos,
dulce musical regalo,
la tierra bañan de sones
sumergiéndola en su canto.

   Pintadas por los pinceles
de pintor aventajado,
radiantes están las flores
vistiendo hermosos los campos;
enjoyadas de rocío
cual bellas perlas temblando,
envuelven con su fragancia,
con su aroma delicado.

   La villa, calles desiertas
en el nocturno letargo,
empieza a bullir de nuevo
luego de haber despertado.
Pronto se anima y se nota
la actividad, el trabajo,
lo laborioso de un pueblo,
el alma de sus paisanos.

   Todo esto que os he descrito
son solo leves retazos
de lo peculiar de Siles;
mi amado pueblo serrano.
       
                    Genito.

domingo, 18 de febrero de 2018

LOS OTROS ACEITUNEROS

   Hartos de pasar                                                        
penurias y penas,
deciden partir
un día cualquiera,
con la mente puesta
en el “paraíso”
de una nueva tierra;
tierra que les dé 
lo que tanto anhelan,
trabajo, calor
y una vida plena.

   Y con su constancia 
el trabajo encuentran,
no siempre calor,
y su vida, deja
mucho de acercarse
a la que ellos sueñan.

   Y es que allá a lo lejos
en su amada tierra,
girones del alma
pacientes esperan;
y por eso todos
luchan por doquiera
por lograr un día 
acortar la espera.

   Mentes engañosas
dicen que aquí llegan
a quitar el pan
a la gente nuestra; 
y ese no es el caso:
En esta mi tierra
de los verdes pueblos
-la tierra jaenera-,
con mares de olivos 
que son su riqueza,
son la solución
para la cosecha;
porque los nativos 
-esos que se quejan-,
son insuficientes
para recogerla
-o tal vez desisten
de la dura faena-.

¡No quitan el pan;
riqueza generan!

                          Genito.